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La inteligencia artificial en la abogacía ¿aliado o amenaza?

Por Facundo Manuel Alvez

En los últimos meses, se han alzado varias voces que han advertido del riesgo que la tecnología de inteligencia artificial (IA) puede significar para la profesión de la abogacía.

La citada herramienta supone un avance tecnológico sin igual. Entre las últimas novedades que se han dado, encontramos al sistema Chat-GPT (Generative Pre-trained Transformer) o Chat Generativo Preentrenado Transformador en español, un programa de generación de textos, lanzado en mayo de 2022.

Entre los servicios que brinda el Chat-GTP, podemos mencionar la creación de artículos, historias, contratos, entre otros, en donde utiliza tan solo una pequeña cantidad de palabras de entrada para llevar a cabo la confección de los documentos. La aplicación ha demostrado ser también útil para el análisis de contratos y la revisión de documentos pueden agilizarse mediante algoritmos de IA, ahorrando un tiempo valioso para que los abogados se dediquen a otras tareas, como ser la defensa y el asesoramiento de los clientes.

Ahora bien, cuando esta herramienta responde a preguntas respecto temas que han sido tratados ampliamente, las respuestas, en la mayoría de los casos resultan ser satisfactorias, pero cuando consultamos por una variante mínima sobre un tema, es muy fácil que la respuesta sea incompleta o errónea. Así, en varias pruebas que se han llevado adelante, en muchas consultas sobre cuestiones jurídicas la herramienta ha brindado respuestas erróneas.

Un interesante caso que sirve para ejemplificar lo manifestado se dio en New York (USA), en donde un Abogado fue sancionado por utilizar la herramienta Chat-GTP 3 para la confección de un informe legal, el cual contenía información inventada generada por la herramienta.

El problema se había suscitado a razón de que, la herramienta de inteligencia artificial había inventado más de seis fallos judiciales los cuales fueron agregados al escrito que el profesional presentó ante el juez.

No es de extrañar que surjan confusiones pues, las devoluciones generadas por el Chat-GTP 3 son de una calidad tal que puede ser difícil determinar si ha sido escrito por un humano o no. Ahora bien, resulta claro que no podemos valernos plenamente de los resultados que brinda, puesto que el sistema no interpreta la información, sino que sencillamente expone aquello que ha leído previamente.

En ese sentido, la firma multinacional de abogados DLA Piper manifestó que, es necesario contar con abogados que supervisen estas herramientas. Aunque las IA puedan realizar el trabajo más rápido, resulta imperioso que un profesional del derecho analice y corrija la información en caso de resultar necesario.

Así las cosas, aunque la tecnología de IA puede destacarse en el procesamiento de grandes cantidades de datos y la identificación de patrones, las cualidades humanas únicas de juicio, capacidad moral, empatía y creatividad siguen siendo irremplazables en el ejercicio de la abogacía. Así, difícilmente la inteligencia artificial reemplace a los operadores jurídicos, por el contrario, entiendo que esta herramienta potenciará al máximo el trabajo de los operadores jurídicos.

Así, en Colombia se resolvió un caso jurídico utilizando Chat-GPT, el mismo se centraba sobre el derecho a la salud de un niño autista en Cartagena. La herramienta tecnológica ayudó a redactar la sentencia, siendo la primera vez que ocurre esto en la región. El juez de la causa manifestó que, “Los jueces no somos tontos: por el hecho de hacerle preguntas al aplicativo no dejamos de ser jueces, de ser seres pensantes.”.

Por tanto, más allá de catalogar a la aplicación como una “amenaza”, debemos reflexionar sobre las oportunidades que esta aplicación ha de ofrecer al ejercicio profesional del derecho. En este sentido, entiendo que la herramienta, supondrá un aliado más en el ejercicio profesional de los abogados, tal y como sucedió el día que se incorporó el ordenador o la jurisprudencia vía digital, pero teniendo en cuenta que siempre hará falta las cualidades humanas.

Sin dudas, los abogados del futuro necesitarán, una comprensión más acabada y continua de cómo identificar y utilizar las soluciones de IA para satisfacer las necesidades de sus clientes sabiendo evaluar las ventajas y debilidades relativas de determinadas soluciones, no dejándose obnubilar por sistemas que mágicamente brindan soluciones que los abogados tardamos muchos años en aprender.

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